miércoles, 23 de julio de 2014

Toc, toc - (Mm 14. 7-21)

Cinco días por diez y mas uno son los versos del mas largo poema escrito hasta estos momentos por Á. M. Díez. Y si cincuenta y uno son los versos del poema más son las palabras, aún más lo que dice y aún más lo que cuenta.
Cincuenta y uno son los versos y cinco son los días que llevó hacerlos. Es mucho y no es nada, es poco y lo es todo. Es y sólo es tiempo. El tiempo es vida y nada más.
Cincuenta y un versos son los que dan vida y muerte al poema. Sólo son palabras pero… ¡qué palabras!



"Toc, toc" dice la puerta, "soy yo" dicen detrás.
Es la clave del pasado, de un futuro arriesgado.
Sabe de lo que quiero y también algo demás.

"Soy a quien buscabas y a quién no quieres ver."
Mucho habla la clave y poco es lo que escucho.
"Tengo de todo, sé todo lo que deseas saber."

Habla y charla, tiene un don embaucador.
Está ahí con mis deseos, contra todo lo que lucho.
Me conoce bien, es un gran en cantador.

No lo puedo soportar, ya no puedo aguantar.
Dámelo, me has convencido y destrozado.
Sé de buena ciencia que esto lo voy a lamentar.

Ya lo he visto, el futuro, el nublado,
que por el pasado condicionado
me da en qué pensar, me hace apenar.
Ya pago por lo hecho, no me hago de rogar.

Lamento lo que he visto,
lamento mi capricho,
lamento lo que he dicho…
Lamento no ser listo.

Pensaba poder seguir sin saber, 
sabiendo a ciegas y sin creer,
mas un error volví a cometer.
El pasado volví a remover.

A veces no hay razones, es el corazón
el único que puede con sabia razón.
Él, el gran bribón, ya está en su sazón,
para él quiere todo. No hay excepción.

Vive libre, juega salvaje.
Viaja conmigo, es mi equipaje.
Carga pesada, peso demás.
No hay quién pueda, nunca jamás.

Nunca por siempre aquí estará.
Por siempre jamas volará
a mi lado y de la mano
como un pesado hermano. 

Yo le digo, le doy gracias
por todos esos momentos
que ha convertido en recuerdos
pues en su día fueron días.

Ahora es hora de vivir,
de vivir no en el pasado,
de vivir no en el recuerdo,
de hacerlo en el presente.

No se puede dejar
al miedo penetrar
no nos puede ganar.
Se puede derrotar.

Si el tiempo me permite voy a descansar.
No es hora de trabajar, sino de cosechar.,
recoger lo trabajado: frutos y demás.
Es hora, ya por fin, del ritmo y el compás.

La música de la vida suena ya con rima
y, asonante o consonante, está siempre presente.
Suena alto, da alegría al día a día. ¿No la oyes? Detente.
Suena alto, marca un tempo. ¿No lo yes? Está encima.

¿Qué quieres que me diga que no te haya dicho ya?
El pasado, él nunca vuelve, mas siempre está presente.
El presente no se acaba, él es siempre un inminente.
¿Qué quieres que me haga que no se hay hecho ya?
¿Cómo quieres que acabe si acabado todo está?



   Mori

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No te olvides de dejar tu nombre en el comentario :)
Puede ser tu nombre real o uno en clave.