viernes, 20 de mayo de 2016

Los finales

Dicen que los finales felices no existen porque las buenas historias nunca terminan, pero igual que las cosas que suben acaban bajando o que todo lo que entra sale, todo o casi todo lo que empieza se acaba, porque hay cosas que nunca olvidaremos.
Son momentos, vidas, etapas, relaciones y sentimientos, entre otros, los que terminan en un momento dado. Sea por el motivo que sea, el tiempo, muerte, la distancia o el olvido…
Quizás esto no sea malo, quizás sea simplemente un final que da paso a un nuevo comienza, a algo distinto a lo que, como a tantas otras cosas de la vida, nos tendremos que acostumbrar. Cueste más o cueste menos será algo que deberemos hacer, pero para eso estamos aquí. Para eso tenemos a tanta y tanta gente a nuestro alrededor que nos quiere y nos cuida como a verdaderos tesoros.

domingo, 1 de mayo de 2016

Escribir sin delatarse

Escribir sin delatarse. Escribir sin descubrirse. Decirle, contarle al lector distraído lo que quiere y no quiere oír de forma que no y sí lo entienda. Porque si nunca has visto la lluvia no habrás estado a un paso de la sombra del paraíso. No habrás visto el arcoíris cruzando la luz de la noche. Si no has entendido el manifiesto delirista que te da la vida, la oferta no cubrirá la demanda y el whisky se habrá acabado.
Subrayar a solas o en compañía palabras escondidas en lugares prohibidos y detener la noche al verla pasar. Sonreír en silencio en la distancia que nos intenta separar.
He probado el veneno de la droga más mortal y he seguido los caminos que me llevan a tu portal. He traspasado las pupilas de cientos de desconocidos en la calle, pero sólo las tuyas parecen disfrutar.
Me arrastró la marea y me dejó sin voz. Sin voz para decirte que no.
He cruzado los desiertos de la desesperación y he encontrado maravillas que ni en sueños podría haber imaginado. He visto y comprobado, que no eran espejismos, ni ilusiones, que estaban ahí y yo con ellas.
He llegado a pensar incluso que ciertamente era seguro, probable, que estaba en un sueño de esos realistas que, valga la redundancia, parecen reales, de verdad, no imaginados, espejismos.