El profesor plantea algo y yo diálogo con migo mismo:
— Está claro que esto es así.
— No, porque sino, no lo respetas.
— Pero si les respeto no se respetan entre ellos.
— Claro, es cierto… Pero si te parece mal que no se respeten, ¿por qué motivo no tienes respetarlos también?
— …
—¡Si es que tú tienes tanta razón como yo!
— ¿Lo dices porque somos la misma persona o porque tendríamos la razón los dos si ambos fuésemos personas distintas?
—Lo digo porque ambos tenemos y no tenemos la razón…
— Pobres de no estros seguidores, no tendrán ni la menor idea de que hablamos.
— Cierto, pero ¿quién lo sabe? ¿Acaso lo sabe alguien? ¿Cómo se puede estar seguro de las cuestiones filosóficas?
— Ese es el problema, compañero, que no se puede estar seguro… Lo único seguro es lo que dice la ciencia, porque ella lo demuestra y se puede comprobar.
— Pues se me ha dormido un pié y el otro está apunto.
— ¿A qué viene eso?
— A nada, es que no sabía que más decir.
— Pues va a ser cierto es que dicen de que eres raro, tú, yo no…
— Mmm… Vale, bueno, ¿qué te parece sí decimos adiós los dos a la vez?
— Ok, una… dos … y tres!
– – ¡ADIÓS!
Mori
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