Más tarde nos adentramos en Apple, allí había más gente que en la guerra y pasamos otra hora mirando.
Por cierto, sólo comí un perrito enano y nada de beber. Cuando pasas el día andando por NY no tienes ni hambre ni ser hasta las seis de la tarde, hora en la que salimos del Empire State Building. Desde arriba se veía TODO, os contaría más detalles pero tengo sueño: he dormido seis horas y media… y todavía me quedan dos horas de las tres del viaja a Washington D.C.
Saludos soñolientos,
Mori
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