martes, 24 de septiembre de 2013

Cuenta la historia que…

Cuenta la historia que a finales del S. XVIII; existían dos grandes imperios en la Europa Oriental, estos son por una parte el Imperio astro-húngaro y el Imperio Otomano que como dos buenos y orgullos imperios andaban saltando de guerra en guerra y en una ocasión, más concretamente en el año 1778, el imperio austro-húngaro envió en campaña un ejercito de 10.000 hombres para batallar reunidos de diferentes partes del Imperio de forma que hablaban diferentes idiomas, emprendieron su marcha hacía el imperio otomano y cuando estaba anocheciendo se envió a una avanzadilla a una explanada donde tenían previsto acampar; la avanzadilla se topó en la explanada un grupo de gitanos que, como venerables anfitriones, ofrecieron a los soldados unos barriles que tenían guardados que contenían licor, los soldados aceptaron de buena gana el ofrecimiento, adquirieron los toneles empleando su adelanto como soldados y empezaron a consumirlos. Cuando llegó el resto de la avanzadilla, la cual se había retrasado, encontraron a sus compañeros de "fiesta" y decidieron unirse y consumir licor con ellos, pero los primeros no quisieron ya que ese licor lo habían pagado ellos y no querían compartirlo con el resto del ejército; para evitarlo se parapetaron para defender su tesoro, empezaron las discusiones, los gritos, los empujones.... en definitiva, se montó una "tangana" de tres pares que no tenía ni pies ni cabeza ya que cada uno hablaba su idioma maternal y no muchos los compartían, un soldado disparó un tiro al aire y en vez de aplicar calma a la ecuación la empeoró ya que sus compañeros desenfundaron los sables y lanzaron sablazos a diestro y siniestro mientras el grueso del ejército llegaba y la caballería descubrió a un grupo de hombres batallando y evidentemente pensaron que era una escaramuza con los turcos y se lanzaron a la carga; para defender a sus compañeros en combate, a continuación, la infantería llegó y los oficiales, de origen alemán gritaron "halten, halten" lo que para los soldados que no eran de origen germano entendieron "Alá, alá" grito de guerra de los turcos y una vez más se lanzaron al ataque, imaginense el panorama, todo un ejercito luchando por unos toneles de licor y la mayoría pensando que luchaban contra los turcos; pero todavía no había llegado todo el ejército. Llegó la artillería y empezó a bombardear la zona de la batalla y los pocos supervivientes que quedaban se batieron en retirada.
Imaginense la sopresa de los turcos cuando llegaron a la explanada y se encontraron ante el escenario de una cruenta batalla con 9.000  cadáveres esparcidos por el suelo.
En conclusión, el alcohol y los idiomas no es una buena combinación, y menos aún si hay armas y soldados de por medio.
                                                                firmado:
                                                                                    Gundisalvus

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