domingo, 1 de mayo de 2016

Escribir sin delatarse

Escribir sin delatarse. Escribir sin descubrirse. Decirle, contarle al lector distraído lo que quiere y no quiere oír de forma que no y sí lo entienda. Porque si nunca has visto la lluvia no habrás estado a un paso de la sombra del paraíso. No habrás visto el arcoíris cruzando la luz de la noche. Si no has entendido el manifiesto delirista que te da la vida, la oferta no cubrirá la demanda y el whisky se habrá acabado.
Subrayar a solas o en compañía palabras escondidas en lugares prohibidos y detener la noche al verla pasar. Sonreír en silencio en la distancia que nos intenta separar.
He probado el veneno de la droga más mortal y he seguido los caminos que me llevan a tu portal. He traspasado las pupilas de cientos de desconocidos en la calle, pero sólo las tuyas parecen disfrutar.
Me arrastró la marea y me dejó sin voz. Sin voz para decirte que no.
He cruzado los desiertos de la desesperación y he encontrado maravillas que ni en sueños podría haber imaginado. He visto y comprobado, que no eran espejismos, ni ilusiones, que estaban ahí y yo con ellas.
He llegado a pensar incluso que ciertamente era seguro, probable, que estaba en un sueño de esos realistas que, valga la redundancia, parecen reales, de verdad, no imaginados, espejismos.
Y es que ahora mismo tengo tu pintalabios, y aún cuando no lo tengo sé o me gusta pensar que sigue siendo mío pues no soy avaricioso, pero me agrada la idea.
Y no creas que llegar a esta idea me fue fácil, tuve que escalar las montañas de la tierra del dolor, donde me ha hablado el eco sordo de lo que una vez fue mi voz.
Y así paso las noches, entres sueños y pesadillas y realidades monótonas que no paran de cambiar…
Siento, padezco, disfruto cosas que nunca pensé pasar. Descubro, exploro sentidos que jamás supe que existían. Aprendo cosas sobre mi y sobre ti, sobre todo lo que me rodea, te rodea y nos envuelve.
Veo los días pasar lentamente en la distancia y demasiado rápido cuando estás cerca… y ojalá sigan pasando así de rápido durante el tiempo que sea mientras sea. Y si deja de ser, sea cuando sea, que la mirada al fugaz pasado sea de esas que te hacen sonreír, de las que nunca te arrepientes, de las que dejan un buen sabor de boca, el sabor de la alegría y la felicidad de la etapa pasada.
Hablaba de escribir sin delatarse, sin descubrirse ni decirle, contarle al lector despistado lo que desea y no desea escuchar de manera que no y sí se entere.
Porque si has visto la lluvia sabes de lo que hablo. Si has visto el arcoíris en el resplandor de la noche eres de los míos y no quiero dejarte. Porque si no entiendes las lecciones apócrifas que te da la vida, en verdad te aprecio por ser como eres, pues no espero perfección en ti, sólo espero que seas como eres y no cambies por nada pase lo que pase y pase cuando pase, sea lo que sea.
Porque la vida te pondrá trabas y sé que tarde o temprano, de una u otra manera, dejaran de ser problemas para pasar a ser el recuerdo de otro momento en el que te superaste a ti misma y seguiste con la mirada al frente apartando de tu camino todo lo que te estorbaba y quedándote con lo bueno.
Porque ser como eres hace que te quieran, hace que te quiera como eres.
No dejes que lo cambien, no permitas que te cambien.


            Mori 

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