Querido Bloggy,
Hace apenas unos días que el verano ha llegado a llegado a mí, y con él, ese tiempo que tanto ansiaba durante el curso. Tiempo que echaba en falta por tener que estudiar y que muchas veces no lo empleaba para tal. Tiempo que he malgastado.
Como todos los años, mi cabeza ha estado pensando en multitud de cosas que hacer, pero hay una pregunta que no deja de rondarme: ¿será este como tantos otros veranos con carencia de objetivos alcanzados?
No puedo ofrecer contestación alguna, pues siempre la he dado he terminado errando. Lo que sí puedo decir es que confío en mí mismo y que estoy preparado para cambiar este mal habito de dejar metas sin lograr. Sólo debo superar ese obstáculo que es dejar las cosas para el último momento y no seguir cada día con la caza de mis propósitos.
Ojalá me digas que no, pero ¿no os resulta familiar el cuento? A mí al menos no me ocurre solamente durante el verano, sino que más bien es algo muy recurrente. Lo sé, lo sé, debo cambiarlo… Y en ello estoy. O eso me gusta pensar.
Ahora bien, si alguien va a hacer este verano todo lo que se ha propuesto, ¿por qué no ser tú? Debes serlo. Yo sé que no voy a serlo, voy a estar bastante ocupado y no con lo que me había propuesto para el verano precisamente, aunque sí con algo que me propuse. La gracia esta en que me lo propuse a principios del septiembre pasado. Jaja, qué cosas tiene la vida, ¿verdad?
Buena suerte,
Mori
Posdata: puede parecer malo al principio, pero si das lo mejor de ti, puede ser una buena experiencia.
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